Se confirma que los niveles bajos de vitamina D se asocian a mayor gravedad de la COVID-19
En un par de ocasiones hemos hablado de la vitamina D3 (1,25 dihidroxivitamina D, -1,25(OH)D-) y de su relación con la infección por el SARS-CoV-2 (severe acute respiratory syndrome coronavirus 2).
Dentro sus variopintas funciones la 1,25(OH)D sería un regulador pleiotrópico del sistema inmunitario, estimulando las catelicidinas y las β-defensinas del epitelio respiratorio aumentando el efecto barrera contra las infecciones respiratorias, según leemos. De ahí que su carencia, o déficit, o concentraciones inferiores a 20 ng/ml, se las haya relacionado con mayor propensión a ciertas infecciones víricas respiratorias y con la enfermedad producida por el SARS-CoV-2, la COVID-19 (coronavirus disease 2019). Por debajo de este nivel se ha afirmado que existen no solo alteraciones inmunológicas, si no algún riesgo de la diabetes (sea tipo 1 o tipo 2, ver blog hermano de la redGDPS), enfermedades cardiovasculares, esclerosis múltiple, e incluso se ha hablado de enfermedades neoplásicas...con todo, faltan estudios que afirmen de manera seria estas sospechas.
En el caso de la COVID-19 esta vitamina actuaría, además, como una citoquina antiinflamatoria y protolerogenica que influiría en los linfocitos T y macrófagos, útil en una enfermedad como la COVID-19 cuyo mayor perjuicio se produce por la producción excesiva de citoquinas que dañan el endotelio generando un círculo vicioso inflamatorio. Así, se demostró como aquellos con menor concentración de esta vitamina tendrían más riesgo de presentar test positivos a la COVID-19, o que estas concentraciones estarían relacionadas con una mayor gravedad en la evolución de la neumonía por la COVID-19.
El estudio que comentamos el año pasado, sobre 14.000 individuos del Leumit Health Services que fueron cribados para el COVID-19 entre febrero a final de abril del año demostró como los niveles medios de 25(OH)D era significativamente más bajos (niveles medios de 19,00 ng/ml IC 95% 18,41-19,59) en los individuos con la prueba del COVID-19 positiva que en aquellos que fue negativa, nivel de 20,55 (IC 95% 20,32-20,78). Demostrando en el análisis univariante una asociación entre los niveles de 25(OH)D y el incremento de la probabilidad de tener una infección por COVID-19, o un odds ratio absoluto (OR) de 1,58 (IC 95% 1,24-2,01, p inferior a 0,001) y para el ingreso hospitalario por este motivo de OR 2,09 (IC 95% 1,01-4,30, p inferior a 0,05).
Abundando en ello, durante este tiempo se han publicado trabajos reforzando dichos hallazgos en EEUU, Suiza, China, Iran, Alemania, España y el Reino Unido, según comentan en la discusión del artículo; incluso algún metaanálisis de estos estudios, que aún admitiendo una cierta heterogeneidad en la metodología, resultados…apoyaría la asociación entre la deficiencia de la vitamina D y la gravedad de la neumonía por COVID-19.
Se trata de un estudio retrospectivo observacional sobre 186 individuos con infección por SARS-CoV-2 ingresados entre marzo y abril del 2020, a los que se les solicitó los niveles de 25(OH)D y una tomografía axial computarizada (TAC) en dicho momento.
Se aplicó un sistema estadístico de regresión multivariante con el que correlacionar la deficiencia de la 25(OH)D (<20 ng/ml) con la supervivencia independientemente de otras variables confusoras (edad, sexo, diabetes, problemas pulmonares,…).
Según esto se observó como el 59% de los ingresados tenían una deficiencia de la vitamina D (47% mujeres). Específicamente los pacientes varones con COVID-19 tuvieron unos niveles de 25(OH)D más bajos en relación con el avance del estadio radiológico de la neumonía. Las tasas de deficiencia se incrementaron desde el 55% en el estado 1 al 74% en el estadio 3, apuntan.
La deficiencia de la vitamina D al ingreso, teniendo en cuenta las variables confusoras ya apuntadas se asocio de manera independiente con la mortalidad por esta infección, siendo la tasa aletoria de riesgo (odds ratio, OR) del 3,87 (IC 95% 1,30–11,55):
Todo ello independientemente de la edad OR 1,09 (IC 95% 1,03–1,14), de la enfermedad pulmonar crónica (EPOC) OR 3,61; 95% 1,18–11,09), y de la extensión del daño pulmonar expresado por puntuación de gravedad al TAC OR 1,12 (IC 95% 1,01–1,25).
Concluyen que los niveles de la 25(OH)D al ingreso en pacientes con neumonía por la COVID-19 al ingreso se asociarían con el grado de gravedad de la enfermedad (puntuación radiológica) y la mortalidad.
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