Israel nos lleva la delantera
Hemos seguido el caso de Israel como una situación paradigmática en la evolución de la epidemia del COVID-19. ¿Cuál sería la realidad si se pudiera poseer y poder administrar las vacunas en un tiempo razonable?.
Como comentábamos lo importante en que no haya ingresos hospitalarios y sobre todo fallecimientos por este motivo y para ello se deberá llegar a una situación en la que el virus no se trasmita y aquellos suceptibles de una evolución grave tengan inmunidad.
Realmente Israel se ha convertido en el banco de pruebas de la vacuna Pfizer/BioNTech, y al margen de noticias contradictorias, a las 6 semanas de iniciarse la vacunación se demostró una caída del 41% en los casos (frente a los datos de 3 semanas anteriores), un 31% en los ingresos y 24% en los cuidados intensivos (UCI). Según esto y analizando los datos frente a los no vacunados se calculó una efectividad en un 91%, parecido a los resultados del ensayo en fase 3 (95% con dos dosis en individuos mayores de 16 años).
Las tasas de vacunación según en el momento en el que el documento que da pie a este comentario fue redactado se encontraba en el 68,7% y 48% con una o dos dosis de vacunas en mayores de 16 años.
El documento publicado en Nature Medicine analiza la tendencia temporal en el número de casos de la COVID-19 según datos del Ministerio de Sanidad Israelí entre el 28 agosto 2020 y el 24 febrero del 2021, teniendo en cuenta el impacto de la vacunación a partir del 20 de diciembre del 2020 y el efecto del tercer confinamiento (8 de enero 2021).
Según este, la campaña de vacunación, en la que se han incluido a los 3.210.200 vacunados con dos dosis y los 711.949 que pasaron y se restablecieron de la enfermedad, produjo una reducción significativa de los casos de COVID-19 y de los ingresos hospitalarios.
A los dos meses el 85% de los individuos mayores de 60 años estaban vacunados con dos dosis (24 -02-2021), reduciéndose los casos en un 77%, hubo un 45% menos de pruebas PCR positivas, una reducción de un 68% en los ingresos por esta causa y un 67% de ingresos por evolución grave de la misma, frente a los momentos de mayor casuística de la enfermedad. Se percataron como la reducción fue más precoz en los individuos mayores (los primeros en vacunarse) de aquellas ciudades que fueron vacunadas primero.
Y todo ello con los factores añadidos que pudieran haber influido en contra, como el cambio de cepa (la B.1.1.7 predominante en febrero) a la 501.V2 a partir de entonces, de las que hablamos, y el cambio de comportamiento de las personas vacunadas a partir de dicho momento.
Habrá que aprender de los israelíes.
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