domingo, 21 de febrero de 2021

Sobre el riesgo de transmisión tras la vacunación

 


Sobre el riesgo de transmisión tras la vacunación

Según vamos leyendo se va clarificando el paronama de la efectividad real frente a la eficacia de las vacunas en fase 3 a medida que se van aplicando a la población. Al menos en la vacuna que actualmente se nos está aplicando la Pfizer-BioNTech (P&B), por los datos que se van recogiendo en el banco pruebas que es Israel. Según leemos  (Kershner et al. NYT 05/02/2021) a principios de este  mes más de 3 millones de habitantes en dicho país recibieron la primera dosis de  P&B y alrededor de 2 millones la segunda dosis.  A las 6 semanas se demostró una caída del 41% en los casos (frente a 3 semanas anteriores), un 31%  en los ingresos y 24% en los cuidados intensivos (UCI). Algo que por otra parte pudiera ser debido a las medidas de distancia social, mascarillas y confinamiento, pero que descartan al relacionar los individuos vacunados con los no vacunados estimando la efectividad en un 91%, un resultado semejante al encontrado en la fase 3 de la vacuna. 

De otras vacunas no sabemos nada en la vida real (o yo no lo se) habida cuenta que no ha pasado tiempo suficiente para tener datos.

Sin embargo, en esta como en las otras lo que más nos preocupa, al margen de reducir las formas graves, es si serían capaces de evitar las formas asintomáticas y con ello transmitir el virus. O en el peor de los escenarios no padecer la enfermedad pero transmitirla al convertirse en portadores. Y es que los resultados de las fase 3 se refieren a formas clínicas, sintomáticas pero la infección de cualquier forma. Es decir, evitar el riesgo de ingreso y de fallecimiento.

El problema según señala el comentario de F. Perry Wilson en medscape es que las vacunas generan inmunoglobulinas sistémicas (IgM, IgG) pero no locales tipo IgA, por lo que podrían proteger contra infecciones generales pero permanecer el virus en las mucosas, lo que sería un inconveniente, al poderse convertir el individuos vacunado en portador y diseminar la enfermedad. Extremo este no demostrado en la COVID-19, pero que hay que tener en cuenta.

El comentarista repasa los datos de algunas vacunas, como la de AstraZeneca, que en su protocolo de investigación incluía recabar mediante hisopos nasales muestras independientemente de los síntomas, con las que conocer las infecciones asintomáticas. Con ello demostró como se reducían las infecciones clínicas aunque no del todo las asintomáticas, pero sobre todo no aumentaban, que sería la peor situación. Con MODERNA se dio algo parecido, aunque los datos no fueron recolectados de una manera sistemática. Comenta, que no encontró  datos de P&B en este sentido. Aunque los datos de Israel sugerirían un comportamiento semejante.

Por lo pronto los sanitarios (vacunados) no podremos evitar mantener las distancias sociales y utilizar las mascarillas por el momento

Isabel Kershner, Carl Zimmer. Israel’s Vaccination Results Point a Way Out of Virus Pandemic. Nytimes Published Feb. 5, 2021

F. Perry Wilson, MD, MSCE. With COVID Vaccinations Comes a Potential Nightmare Scenario. Medscape.February 10, 2021


sábado, 13 de febrero de 2021

¿Puede un trabajador –sanitario o no- negarse a vacunarse por la COVID-19?


 ¿Puede un trabajador –sanitario o no-  negarse a vacunar por la COVID-19?

Una de las razones por las que no he demorado mi vacunación contra la COVID-19, aunque inicialmente comuniqué mi preferencia por ser vacunado por vacunas con adenovirus recombinantes (ASTRA…), fue el hecho de poder tener problemas futuros a nivel laboral, de relación con mis compañeros, con los pacientes y con la empresa. Otro razonamiento, fue mi edad, supera los 60, que hace cuatriplicar el riesgo de ingreso con complicaciones, algo que no es baladí; sin embargo esta última consideración no primó sobre la primera.

La contestación en nuestro país la desconozco pues se encontraría en las disposiciones legales actuales, más que en las recomendaciones que pudiera hacer la empresa. 
En la nuestra, cuando acabé la carrera en los 80,  se recomendaba practicarse una prueba de mantoux regularmente para conocer si se había tenido contacto con la tuberculosis, y ya mucho más recientemente la de vacunarse contra la gripe, una recomendación que se sigue escasamente por el personal sanitario.
Y es que en otros ámbitos, como en la actualidad en el calendario infantil, supuestamente obligatorio, un niño que no esté vacunado, hasta donde yo se, no se le puede  impedir asistir a una escuela infantil, o ¿si?. 
Cuando en los 80 empecé a trabajar la obligatoriedad del cumplimiento del calendario era tal que había que hacer certificado médico al hoc para poder llevar un niño a la guardería. En la actualidad, aunque va modificandose, el concepto de discriminación supera al de la protección de la salud, con lo que esta norma se ha relajado. Sin embargo, delante el riesgo evidente, los criterios, como vemos actualmente cambian.
Y es que el Estado debe proteger las diferencias del individuo delante el riesgo de discriminación por causa de religión, género…pero no delante decisiones personales que pueden producir un riesgo a terceras personas, como es el caso. Ejemplo distinto son los hijos de padres de alguna religión que rechazan las trasfusiones, el trasplante…¿Pero pueden estos padres negarse a vacunarse o tomar alguna medicación preventiva por motivos religiosos?. 

¿Puede obligarnos la empresa, la administración a realizar tal o cual actividad con el fin de evitar trasmitir alguna enfermedad a nuestros pacientes?. Yo creo que sí. La realidad es que sea por miedo a la denuncia o por recomendación lo hacemos diariamente cuando nos lavamos las manos o aplicamos diversas técnicas de asepsia a la hora de practicar ciertos procedimientos. En esta epidemia hemos asistido a recomendaciones venidas desde arriba que veían con el apercibimiento de que de no hacerse se tomarían medidas disciplinares; aunque no sabemos hasta que punto dichas aseveraciones tenían un fundamento legal o eran simples amenazas sin sustancia.

 Sea como fuera, si pensamos que la utilización de la mascarilla en espacios abiertos se ha generalizado por “imperativo legal” no en muchos por convencimiento, ni por evidencias científicas en dichas situaciones; o que el confinamiento y la cuarentena se ha impuesto de la misma forma delante esta situación de riesgo de diseminación de la COVID-19, no es difícil pensar y con más razón que  la imposición y por tanto la obligatoriedad de estar en posesión de la vacuna anti COVID-19  pueda llegar a ser un requisito para trabajar en el sector sanitario.



domingo, 7 de febrero de 2021

Las vacunas con adenovirus recombinantes, la vacuna Sputnik




 Las vacunas con adenovirus recombinantes, la vacuna Sputnik

En alguna ocasión hemos hablado de las vacunas contra la COVID-19. Este es un tema que no me emociona especialmente al estar muy contaminado por las noticias sensacionalistas de los medios de comunicación y los intereses de las compañías farmacéuticas en mejorar la imagen de las mismas en esta carrera por ver quién es el primero que puede comerse el mercado.

La Pfizer y BioNTech, que es la que se nos ha puesto a los sanitarios, como sabemos utiliza una tecnología nueva  basada en ARN mensajero (ARNm), y con una eficacia superior al 90% a la semana de la segunda dosis según el ensayo clínico aleatorizado (ECA) en fase 3 por que se aprobó la vacuna,  si bien es cierto que estamos cruzando de dedos” sobre lo que realmente está ocurriendo en Israel una vez que lleguen al punto del 70% de la población inmunizada.

La vacuna MODERNA (mRNA-1273), también del mismo estilo, tiene la ventaja que su conservación que es más sencilla,  no requiriendo neveras especiales de hasta -80ºC como la comentada de Pfizer y BioNTech.

Otras vacunas vehiculizadas por adenovirus (transportadores del material genético -proteínas S- de la espícula del coronavirus) como la de Oxford-Astrazeneca (en este caso por el virus del catarro del chimpancé), está polemizando con la Comunidad Económica Europea al no cumplir lo pactado en la cantidad acordada, y teniendo sus más y sus menos en cuanto a que   edades se aconsejaría aplicar, pero a un coste menor y mayor facilidad de conservación que las anteriores.

Y también hicimos mención en noviembre sobre una vacuna inicialmente minusvalorada por su procedencia, criticada por su falta de transparencia, prisas en el desarrollo, y recortes en la misma, la Gam-COVID-Vac, la vacuna rusa, conocida por  “Sputnik V”, que también producida a partir de adenovirus. Adenovirus,  en este caso humanos, también con una  tecnología de vectores virales no replicantes (virus vehículos de material genético de otro virus que se introducen en la célula), que estimaban entonces tenía una eficacia del 92% . 

De este estilo, también es la vacuna de Janssen, propiedad de la multinacional estadounidense Johnson & Johnson, que se encuentra en su fase 3 en diversos países entre los que se encuentra España.
Y la conocida como vacuna china  la vacuna  CoronaVac, producida entre el Instituto Butantan (Gobierno de Sao Pablo), la farmacéutica china Sinovac Life Science, y el grupo chino Sinovac Biotech, sobre 10.000 voluntarios en Brasil…

Y no acaba aquí, pues existen al menos 9 vacunas en fase 3 (desarrollándose o habiendo finalizado) en un mundo de al menos 200 líneas de investigación, alguna español, al respecto.
Con todo, lo que no han respondido estas vacunas hasta el momento, pues no está contemplado en la fase 3 del estudio, es cuanto tiempo dura la inmunidad conferida por éstas y si evitan la infección en todos los casos y con ello la trasmisión a partir de individuos asintomáticos. 

 *Hoy comentamos sucintamente un artículo sobre los resultados de la fase 3 de la vacuna Sputnik V contra el  COVID-19 (Gam-COVID-Vac), realizada en 20.000 individuos,  que ha sido publicado en Lancet. Una vacuna que como hemos adelantado utiliza dos adenovirus heterólogos recombiantes (Ad26 y Ad5) como vectores de la proteína S (Spike)  de la COVID-19, en distintas dosis y que le diferencia de la de Oxford–AstraZeneca que utiliza adenovirus de chimpancé (ChAdOx) y el mismo material genético en ambas dosis, o  la de Johnson & Johnson con el adenovirus Ad266.

Una técnica ya conocida por el equipo ya que la había utilizado en la vacuna del Ébola por el Instituto Ruso Gamaleya National Research Centre for Epidemiology and Microbiology.

Estas vacunas con adenovirus recombinantes tienen la ventaja que son resistentes al almacenamiento con temperaturas de -18º C, que habitualmente con una sola dosis confieren inmunidad, pero la desventaja que precisan grandes dosis (1010-1011 partículas) con lo que se crean problemas a la hora de su fabricación en grandes cantidades, como es el caso.

En la fase 1 y 2 de la vacuna Sputnik V (septiembre del 2020) mostró ser segura con una respuesta inmune en forma de anticuerpos neutralizantes contra la proteína S correcta, al tiempo que mostraban cambios en la respuesta de las células T (inmunidad celular).

Decir que en la publicación  se señala el detalle que un cuarto de los individuos a los que se les aplicó la vacuna tenían algún tipo de comorbilidad (factor de riesgo en la infección por COVID-19), y que la inmunidad generada para prevenir la enfermedad se alcanzaba dentro de los 18 días tras la primera dosis. Resaltar que la protección se detectó en todos los grupos etarios incluso en mayores de 60 años. 

Las tres defunciones del grupo de la vacuna se achacaron a las comorbilidades de los pacientes introducidos no a la vacuna en sí.

La eficacia de la vacuna según los casos confirmados de COVID-19 tras los 21 días de la primera dosis fue del 91,6% (IC 95% 85,6–95,2) con reducción del la gravedad de la infección en los COVID-19+.
La primera impresión es buena, tal vez más coste efectiva que la que ARNm, con todo  habrá que ver su comportamiento en el mundo real (efectividad). 

Ian Jones, Polly Roy. Sputnik V COVID-19 vaccine candidate appears safe and effective The Lancet. Published:February 02, 2021DOI:https://doi.org/10.1016/S0140-6736(21)00191-4

Denis Y Logunov , Inna V Dolzhikova , Olga V Zubkova , Amir I Tukhvatulin , Dmitry V Shcheblyakov, Alina S Dzharullaeva, Daria M Grousova, et al. Safety and immunogenicity of an rAd26 and rAd5 vector-based heterologous prime-boost COVID-19 vaccine in two formulations: two open, non-randomised phase 1/2 studies from Russia. Lancet . 2020 Sep 26;396(10255):887-897. doi: 10.1016/S0140-6736(20)31866-3. Epub 2020 Sep 4.

Irina Isakova-Sivak, Larisa Rudenko. A promising inactivated whole-virion SARS-CoV-2 vaccine Lancet Infect Dis . 2021 Jan;21(1):2-3. doi: 10.1016/S1473-3099(20)30832-X. Epub 2020 Oct 15.


Los sustitutivos de la sal alimentaria y la hipertensión

  Los sustitutivos de la sal alimentaria y la hipertensión La restricción en el consumo de la sal como suplemento alimentario en el tratamie...