Las pruebas para diagnosticar el COVID-19
Lo más importante para prevenir nuevos contagios en esta epidemia es conocer quien está infectado y quien no. Para saberlo podemos intuirlo a partir de los síntomas, sin embargo la única prueba de certeza de infección es aquella que dectecte el virus COVID-19.
Sin embargo, hasta el momento se ha tratado de una prueba engorrosa que precisa tiempo y que no estaba accesible a todo el mundo. La conocida como PCR (polymerase chain reaction) es la utilizada para identificar el virus, sin embargo precisa un laboratorio y tiempo para realizarla. El problema sin embargo, es que no siempre hay virus detectable pudiendo salir falsamente negativa. Y es que dependiendo cuando se hace, muy al inicio del contagio o cuando ha finalizado la infección puede salir negativa, de ahí que se recomiende practicarla a los 7 días de iniciado los síntomas.
A partir de aquí si uno no se ha vuelto a infectar (algo que aún no se sabe si es posible) esta prueba se mantendrá negativa.
Otra cosa, tiene que ver con las pruebas que se hace para conocer el estado de nuestra inmunidad frente al virus, la determinación de los anticuerpos . Unas pruebas más rápidas que de hacerse muy pronto pueden salir negativas dado que los anticuerpos tardan en producirse. No sirven por tanto en el período agudo.
Todo esto nos lleva a afirmar que las pruebas solo son fiables si se utilizan en el momento adecuado y las que corresponden.
En la actualidad se están comercializando pruebas rápidas (a la hora) más baratas con las que hacer el diagnóstico del virus en el domicilio del paciente.
Puede ampliarse en mi otro blog para sanitarios.
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