¿Sería útil la cafeína en el tratamiento del trastorno por déficit de atención
Tanto de la cafeína como de el trastorno por déficit de atención (TDAH) hemos hablado en distintas ocasiones en el blog hermano Quiproquo. Siempre hemos intuido que la ingesta de alimentos que contuvieran cafeína pudieran mejorar el déficit por atención por los efectos que esta sustancia nos produce en nosotros mismos y por que en realidad hemos visto recomendar dar bebidas de cola o café diluído a estos niños sin tener excesivas evidencias; y un poco al considerarse a la cafeína más inocua en efectos secundarios que los estimulantes tipo metilfenidato, que aún aprobados para esta indicación, no están exentos de efectos secundarios a corto y largo plazo.
Asunto distinto es la sintomatología de hiperactividad o la impulsibilidad que a primera vista da la sensación que podrían empeorar.
Pero realmente, se sabe que estas observaciones tienen un respaldo fisiopatológico pues el conocido como bucle cortico-estriado-talamocortical (CSTC) en el que se encuentra la corteza prefrontal dorsolateral modula la atención sostenida y la selectiva, la impulsibilidad y la hiperactividad, estimulos que se proyecta en el complejo estrial, cortex orbitofrontal, motor prefrontal...entre otros. Áreas en las que se supone que en general se producen desequilibrios neuroquímicos en la dopamina (DA), norepinefrina (NE), serotonina (5-HT), glutamato (GLU) y acetilcolina (Ach) de los circuítos de dichas áreas cerebrales, algo demostrado en modelos animales.
De tal manera que los individuos con TDA, a grandes rasgos, no pueden activar ciertas áreas del cortex prefrontal de manera correcta cuando responde a determinados procesos cognitivos que requieren mayor atención o control produciendo alteraciones cognitivas y de la conducta.
Estos niños precisan mayor dosis de motivación y recompensa para adaptar su conducta. La cafeína, en este sentido, podría ser útil al ser sería antagonista no selectivos de algunos receptores relacionados con la adenosina, mejorando la actividad dopaminérgica y secundariamente en la Ach y la NE, generando vasocontricción del SNC y actuando con ello en la plasticidad sináptica de dichas zonas cerebrales.
Con todo, las publicaciones sobre el tratamiento con cafeína de los niños con TDA aunque se remontan al 1975 son aún hoy controvertidas pues si bien en algunos estudios ha demostrado su eficacia en el control de los síntomas del TDA no tendría en general un efectos superior a los fármacos que habitualmente se utilizan en el tratamiento de este síndrome. A su vez, aunque existiría una correlación entre el consumo moderado diario y el rendimiento a dichas edades también generaría un aumento de la hiperactividad en altos consumos de cafeína en los adolescentes.
Según este la cafeína mejoraría ciertos procesos cognitivos, incrementaría la atención (fuera espacial o selectiva), mejoraría el aprendizaje y según que tipos de memoria (a corto plazo, del trabajo…), la discriminación olfativa… y todo ello sin alterar la presión arterial (PA) ni el peso corporal, si bien es cierto que el papel de la cafeina sobre la mejoría de los síntomas del TDA, sean la hiperactividad e impulsibilidad son contradictorios aún en este momento.
Aunque estos datos, creen que serían extrapolables a nuestros niños, habría que tener datos en humanos, algo que por otra parte sorprende la falta de estudios.
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