Los interinos de Atención Primaria delante el “Icetazo”
En la vida no se puede tener contento a todo el mundo. Cuando se toma una decisión que puede mejorar la situación de alguien, al tiempo, sin preverlo, o previéndolo, se puede empeora la del resto.
Personalmente, si el “Icetazo” se hubiera dado en el 1981 (última oposición a nivel nacional del Cuerpo Nacional de Médicos Titulares), este servidor se estaría dedicando a otro menester, y tal vez mi puesto de trabajo no estuviera en la Atención Primaria (AP). Entré opositando en turno libre; nunca había trabajado para la administración; y lo hice en detrimento, o gracias a, que muchos interinos no aprobaron el examen de ingreso en turno restringido que para éstos se hacía en aquel entonces . Aún era el tiempo que se convocaban todas las plazas disponibles que habían sido ofertadas previamente a los médicos con plaza en concurso de traslado. Unas garantías que, sorprendentemente, en la actualidad, con una democracia consolidada, no se cumplen.
La medida por la que el Ministerio de Función Pública pretende “regularizar” la situación de temporalidad de los funcionarios (veremos si se lleva a cabo) no es sino un enorme parche con intereses políticos que esconde un mal funcionamiento de la administración mantenido e incrementado por los mismos intereses de ésta. Y es que puede sorprender, pero leemos, que la contratación temporal en el sector público es del 30%, un porcentaje que supera en casi diez puntos a la empresa privada. ¿Es esto lógico?
Y es que estas medidas políticas esconden grandes injusticias previas mantenidas y otras que se están creando a partir de ahora. Que la administración intente solucionar de un plumazo un problema que ella misma ha fabricado de este modo, es útil para el político pues crea una población agradecida cara a futuras elecciones, pero esconde la culpa arrastrada de no realizar oposiciones periódicas ofertando todas las plazas libres disponibles y de mantener anómalamente plazas dentro de la administración en situación de provisionalidad ille tempore .
La utilización de las plazas de los interinos para la compra de voluntades no solo tiene que ver con esta última iniciativa macro a nivel estatal, si no como hemos comentado en otras ocasiones, a nivel micro para dar y mantener personal afín a la administración sanitaria (coordinadores de Centros de Salud...), que a partir de ahora tendrán un incentivo suplementario para ser sumisos a los dictados de la autoridad a fin de conseguir una plaza en propiedad.
Y aunque estamos de acuerdo que la “temporalidad eterna” no es posible en el sector privado, no nos olvidemos que no hablamos de personal de una empresa privada si no de funcionarios, o cuasi funcionarios (estatutarios), que ganan una plaza de por vida.
Por contra los médicos jóvenes tendrán menos oportunidades de acceder a la empresa sanitaria y se les desincentiva a estudiar a opositar para alcanzar este fin. Lo mejor será “arrimarse al ascua que más calienta”, que seguro les dará mejores resultados.
La desaparición de las oposiciones y el hecho dar la plaza a dedo según la voluntad del político es el siguiente paso en este despropósito.
Urge por tanto, y lo digo una vez más, clarificar a nivel general este tema, es preciso garantizar de por ley que los concursos y oposiciones sean anuales o bineales; que oferten todas las plazas libres que la administración disponga que hayan sido ofrecido directamente y a resultas en concurso de traslado previo. Todo lo demás son compadreos de amigotes, injusticias y cambalaches políticos.
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