¿Protegería la ferropenia frente infecciones bacterianas?
Recuerdo hace años una conferencia en la que un hematólogo defendía que a las mujeres embarazadas no debía suplementarseles con hierro pues al margen de ser un valor equívoco (dilucional) el hecho de tener la sideremia baja era un factor de protección para diversas infecciones en la madre y el feto.
La realidad es que durante muchos años en nuestra área las mujeres en dicha condición recibían estos suplementos entendiendo que la mujer por el hecho de serlo tenían siempre anemia que era contraproducente para el feto.
Y es que al parecer, en mi desconocimiento, existen evidencias que muestran que existe una relación entre los niveles de hierro en la sangre y el crecimiento de determinados gérmenes (Cusick et al). Y de ahí que este estudio pretenda analizar el impacto de la anemia por deficiencia de hierro en una infección bacteriana aguda.
Es un estudio retrospectivo sobre datos del Nationwide Inpatient Sample (NIS) Database entre el 2016 – 2019 utilizando los códigos ICD 10 en el rastreo a fin de identificar aquellos adultos cuyo diagnóstico principal en el ingreso hospitalario fue neumonía bacteriana. Todos ellos fueron clasificados según tuvieran anemia ferropenica o no.
El objetivo primario fue la mortalidad intrahospitalaria y el secundario la probabilidad de presentar shock séptico, fallo respiratorio agudo, paro cardíaco, tiempo medio de permanencia hospitalaria (TMH) y gastos hospitalarios totales medios.
En dicho tiempo se detectaron a 452,000 ingresados mayores de 18 años por neumonía bacteriana en los que el 5,5% tenían anemia ferropénica. Dicha población tenía 68,8 años y 68,3 años de media y el 58,5% y el 51,6% eran mujeres según tuvieran anemia ferropénica o no. El 77% eran de raza blanca en ambos grupos.
La mortalidad en general fue del 2,89% (13.070 fallecimientos) en los ingresados por neumonía bacteriana.
Tras ajustar por edad, sexo, gravedad de la enfermedad y raza, el odds ratio (OR) ajustado para la mortalidad entre aquellos con anemia ferropénica frente a los que no fue de 0,74 (IC 95% 0,624 – 0,878, p inferior a 0,001).
A este respecto hay que señalar que la mayoría (94,6%) de los pacientes del grupo con anemia ferropénica tenían al menos 3 comorbilidades frente al 78,1% del grupo que no, o sea que a priori tenían mayor riesgo de una evolución adversa, que no se demostró.
En cuanto a los que tenían anemia ferropénica el riesgo de shock séptico se redujo OR 0,71 (IC 95% 0,53 – 0,96, p=0,028) así como el fallo respiratorio agudo OR 0,78 (IC 95% 0,73 – 0,83, p inferior a 0,001) y el paro cardíaco OR 0,57 (IC 95% 0,38 – 0,85, p=0,006).
Si que es cierto como contrapunto que la media ajustada se incrementó en el TMH en 0,3 días (IC 95% 0,13 – 0,51, p=0,001) y al gasto hospitalario medio se incrementó en 402,5 $ (IC 95% -2076 a 2881, p=0,75) en comparación con aquellos sin anemia ferropénica.
Concluyen que en pacientes ingresados por neumonía bacteriana aquellos con anemia ferropénica no presentaban peores resultados en mortalidad, shock séptico, fallo respiratorio agudo y paro cardíaco que aquellos sin esta condición.
Estos datos sugieren que la deficiencia de hierro sería un factor protector de la neumonía bacteriana, comentan.
¿Entonces que hacer delante una anemia ferropenia y enfermedad infecciosa bacteriana?
Sarah E Cusick, Robert O Opoka, Andrew S Ssemata, Michael K Georgieff, Chandy C John. Delayed iron improves iron status without altering malaria risk in severe malarial anemia The American Journal of Clinical Nutrition, Volume 111, Issue 5, May 2020, Pages 1059–1067, https://doi.org/10.1093/ajcn/nqaa004
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