¿Tiene la vitamina B12 algún efecto protector en la enfermedad de Párkinson?
Una enfermedad en la que este blog y el blog hermano Qui pro quo tiene una especial predilección en dar la información que se va produciendo es el de la enfermedad de Párkinson (EP).
Una enfermedad neurodegenerativa en la que se imbrincan multitud de factores, como hemos ido revisando; desde la medicación administrada en la infancia (psicoestimulantes), la alimentación (alimentos con fibra, probióticos, pimientos..) y con ello el papel de la microbiota intestinal, los tóxicos (alcohol), el ejercicio físico (Taichi, ejercicio dinámico..) a la medicación concomitante que se prescriba al paciente (estatinas..)..
En este sentido a falta de artículos publicados nos hacemos eco de comunicaciones a Congresos Científicos de la enfermedad, como es el caso del International Congress of Parkinson's Disease and Movement Disorders (MDS) de este año 2022 y del que nos informa medscape.
En este caso, comentamos los resultados de otra sustancia o nutriente del que hemos hablado en otras ocasiones; la vitamina B12, una vitamina relacionada con el sistema nervioso central y periférico, con la sangre... y de la que hemos informado a raíz de ciertas dietas de alguna manera deficitarias (veganas) o de enfermedades metabolicas (diabetes).
A su vez el tema de la relación entre la vitamina B12 y la EP tiene escasas evidencias y los dos estudios conocidos hasta el momento dan resultados no concluyentes. De ahí que esta noticia sea de interés de este bloguero aún no habiendo un artículo publicado hasta el momento que lo respalde.
Se trata de un estudio sobre el análisis de los datos de cuestionarios administrados al inicio y cada cuatro años a 80.965 mujeres de la cohorte del estudio Nurses' Health Study y a 48.837 varones del Health Professionals Follow-up Study. Un cuestionario sobre los hábitos dietéticos en la que se evaluaba la ingesta de folato, vitamina B6 y vitamina B12 durante 30 años, hasta el 2012. Durante este tiempo 495 mujeres y 621 varones fueron diagnosticados de EP.
Tras ajustar el análisis por posibles factores confusores, fueran la edad, el sexo, año, hábito tabáquico, actividad física, ingesta de alcohol o cafeína, utilización de hormonas en las mujeres, ingesta de productos lácteos, flavonoides y el nivel de puntuación en la dieta mediterránea.
Según éste, del análisis de la ingesta media total acumulada de folatos, vitamina B6 y B12, se vió como ni la ingesta de la vitamina B12, ni las otras vitaminas se asociaban con el riesgo de padecer EP. Sin embargo, un análisis secundario según la ingesta más reciente de la vitamina B12 y la EP mostró relación pero sin llegar a la significación estadística.
Ahora bien, analizando los valores iniciales de esta vitamina se encontró una relación inversa con la aparición de la EP. En este sentido una mayor ingesta de vitamina B12 (dieta + suplementos) se relacionó con un menor riesgo de EP, el hazard ratio (HR) del quintil con el consumo mayor frente al quintil inferior fue de 0,74 (IC 95% 0,60-0,89; p por tendencia 0,001).
Las fuentes alimentarias de vitamina B12 son la carne de pollo, carne roja, pescado, huevo y productos lácteos. Existen, sin embargo, alimentos suplementados con estas vitaminas como los cereales y se encuentra en la mayoría de los suplementos multivitaminicos.
Este estudio sugiere que la vitamina B12 protegería, aunque modestamente, contra la EP, pero solo si se ingiere precozmente, al regular la quinasa 2 repetida rica en leucina (LRRK2), además de reducir los niveles de homocisteína, entre otros efectos neuroprotectores no del todo conocidos.
Con todo recalcan que este estudio no apunta que la deficiencia de esta vitamina aumente el riesgo de padecer EP; por ello faltarían más estudios para poder dar recomendaciones.
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