sábado, 12 de diciembre de 2020

La incertidumbre de pasar la infección y/o recibir la vacuna de la COVID-19

La incertidumbre de pasar la infección y/o recibir la vacuna de la COVID-19

Hay preguntas sin respuesta que aún así se plantean dado el ambiente de incertidumbre que genera la vacunación contra el COVID-19 que de manera inminente se va a ofrecer a la población mundial. Digo preguntas sin respuestas pues, los tiempos son los tiempos y no existen respuestas en este momento, aunque, si más adelante, a estas cuestiones. Sin embargo, para conocer la respuesta hay vacunar a la población  antes, y esperar y ver. Así están los tiempos.

La primera cuestión es saber si todos aquellos que ha pasado la infección ya están inmunizados o deben ponerse la vacuna, si en éstos su infección les provocó más inmunidad y más duradera que la puede producir las vacunas que en ciernes se van aplicar a la población.

Pues no se sabe. Lo único cierto es que son seguras hasta este momento tras haber pasado la fase 3 con 30.000 o 40.000 pacientes. Diríamos que son eficaces (todas ellas producen  anticuerpos en  más de un 90%) y seguras dentro de condiciones ideales de un ensayo clínico; pero no sabemos con certeza su comportamiento en la población general; y si en contacto con pacientes portadores del COVID-19 será el mismo (efectividad) en el momento que se distribuyan. 

Y es que en estas estamos, según un artículo del New York Times firmado por Apoorva Mandavilli, recogiendo las opiniones que corren EEUU, se plantea la cuestión de que es más efectivo y seguro, pasar la infección o vacunarse. Sorprende desde este lado del atlántico el solo el hecho de plantear la pregunta. La respuesta es la conocida, en balance riesgo/beneficio, aún los interrogantes de las vacunas, es más beneficioso vacunarse, sobre todo si es pertenece a un grupo de riesgo. Pasar la infección, tiene más riesgo de una evolución anómala (según la condición del individuo) pero su efectividad al menos a corto plazo, por conocida, superaría a las vacunas.

En el caso de la vacunación, la seguridad sobre los efectos secundarios a corto plazo superan a la infección espontánea sea cual sea su evolución. Y en el segundo, la efectividad, que como en la mili “se le supone”, se aplican con una carga de eficacia en los estudios superior al 90% aunque no se sabe durante durante cuanto tiempo.

Son incógnitas que nos lleva al inicio de post, ¿debe vacunarse un individuos que ya ha pasado la COVID-19? ¿Sirve de algo, es seguro?. Se comenta que el 10% de los individuos de los principales ensayos clínicos en fase 3 no sabían que habían sido infectados previamente por el COVID-19, y fueron vacunados. En este momento se está estudiando los resultados.

Por regla general pasar una infección asegura una inmunidad mayor que la vacunación, pero no siempre es así. Existen infecciones pasadas que confieren inmunidad pero el virus sigue haciendo año (ejemplo la hepatitic C), o vacunas como la conjugada del neumococo que genera mayor inmunidad que haber pasado  la infección, u otras como la parotiditis que confiere una inmunidad que aguanta toda la vida, sin embargo su vacuna precisa recuerdos y en casos falla.  Que hará la COVID-19, no lo sabemos.

El artículo comenta que la cantidad de anticuerpos que generó la vacuna de MODERNA en los vacunados fue superior a aquellos que habían pasado la infección por el virus COVID-19. Sin embargo, pasar la infección no solo estimula la inmunidad humoral (anticuerpos) si no la celular…

Según dicho artículo la inmunidad que genera la infección COVID-19 genera suficientes anticuerpos (con un rango dinámico en los niveles de anticuerpos de hasta 200 veces según individuos) e inmunidad celular con el que protegerse de otras infecciones por COVID 19 y de evoluciones graves que duraría años. Con todo, sabemos por la prensa que se han notificado casos puntuales de reinfección. ¿Y con la vacuna?

Se comenta que si el individuo ha sufrido una infección leve o inaparente sería conveniente la vacunación habida cuenta que su inmunidad decrece más rápidamente. Lo que nos lleva, según comentan, que la dosis vacunal siempre es la misma lo que produce una respuesta parecida durante el mismo, o parecido tiempo, algo que la infección no garantizaría.

En conclusión la vacunación frente al COVID-19 sería la solución más ventajosa y con menos riesgos (aún admitiendo efectos secundarios) que padecer la enfermedad independientemente del riesgo a priori del individuo y con mayores garantías a  largo plazo de inmunidad dado que huye de la aleatoriedad de la respuesta a la infección en sí.

Apoorva Mandavilli.  Is ‘Natural Immunity’ From Covid Better Than a Vaccine?. New York Times Dec. 5, 2020


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